Tigres y seres humanos comparten la Tierra desde hace miles de años. Unos, felinos fieros y majestuosos, los otros, curiosos y astutos.
Desde hace muchísimo tiempo, los humanos han estado en contacto con estos animales e incluso han podido interactuar. La relación entre ambos seres no se ha caracterizado por ser estrecha o especialmente cariñosa, pero muchas personas sienten un profundo respeto y devoción por los tigres.
En China eran seres venerados y hasta la fecha tienen una gran injerencia en diversos aspectos de su cultura. Los tigres han sido símbolo de fuerza y han adquirido otras características simbólicas, especialmente en Asia. De hecho, en algunas edificaciones las pinturas de tigres eran colocadas en la entrada, ya que se creía que ahuyentaban a los malos espíritus. La fascinación que despiertan ha inspirado numerosas representaciones artísticas en la literatura, la pintura, el cine, la escultura, etcétera.
Si bien los humanos suelen sentir temor ante los tigres, se han convertido en el principal depredador y en la amenaza más grave para la supervivencia de los individuos.
Conflictos con los seres humanos
Los tigres han vivido durante mucho tiempo únicamente en el continente asiático. Con el correr del tiempo, la población humana se ha incrementado enormemente, las ciudades han crecido y las necesidades se han ampliado. Por ende, los tigres han visto invadidos sus hábitats y declinar sus fuentes de alimento, pues muchas son también alimento para los seres humanos.
Esta competencia por el espacio y la comida tiene efectos negativos. Por ejemplo, en la región de Sundarbans, India, se han suscitado varios ataques que han terminado en personas muertas. Esto se debe a un cúmulo de factores interrelacionados: las aldeas están situadas cerca de las reservas naturales donde moran los tigres y éstos se acercan cada vez más a las áreas pobladas, ya que la zona de manglares donde habitan está siendo devastada por el aumento del nivel del mar y los fenómenos naturales. Al mismo tiempo, los agricultores se adentran a las reservas en busca de cangrejos, miel y otros productos para vender. Según algunos analistas, humanos y tigres sufren las consecuencias del calentamiento global al ver que el mar obliga a ambos a ir tierra adentro y que el hábitat natural de los tigres está desapareciendo paulatinamente.
Los encuentros tigre-humano, en tales condiciones, pueden ser desafortunados. Muchos tigres han matado al ganado doméstico y a los aldeanos, y éstos hacen “justicia” por su propia mano dando caza a los felinos. Pero esto último no sucede únicamente en la región de Sundarbans, sino también en otras zonas geográficas donde las poblaciones humanas se encuentran cerca o dentro del hábitat de los tigres.
Durante el último siglo, los rangos de distribución de los tigres se han reducido en gran parte, es decir, sólo quedan unos miles de tigres en zonas relativamente pequeñas, lo cual es alarmante si se toman en cuenta las dimensiones del continente asiático.
Pero aún hay tiempo para replantear el papel de los seres humanos en relación con los tigres. Homo sapiens ha causado daño, pero también tiene el poder de resarcir la situación y de ejecutar tareas de conservación que regresen a Panthera tigris a donde pertenece: a la libertad en la naturaleza.
Muchas personas aman a estos felinos y sienten una enorme fascinación por lo que representan. Los tigres son criaturas que siguen los instintos propios de su especie y que no deben rendir cuentas sobre su proceder. Pero incluso ante su condición de depredadores, se sabe que pueden relacionarse positivamente con los humanos.
Algunas personas poseen ejemplares en sus hogares y se han televisado casos donde exponen cómo interactúan directamente con los tigres, demostrando su amor con algo más que palmadas en el lomo.
No obstante, es una práctica peligrosa, porque los tigres son impredecibles como cualquier otro animal. Incluso si su intención no es hacer daño, pueden hacerlo debido a sus dimensiones y fuerza. Aún más preocupante resulta saber que en Estados Unidos existen más tigres en cautiverio (muchos en patios traseros de ciudadanos comunes) que tigres salvajes en Asia, según ha reportado la organización World Wildlife Fund (WWF).
Mucho depende de los seres humanos la supervivencia de estos felinos. Ellos permiten el balance y la salud en el medio ambiente. Los seres humanos necesitan a los tigres en la naturaleza. Es una cuestión de equilibrio natural, de supervivencia, de respeto, y por qué no, de amor.
Fuentes
Wild Cats of the World. Mel Sunquist, Fiona Sunquist. University of Chicago Press, 2002.
People and Wildlife, Conflict or Co-existence? Rosie Woodroffe, Simon Thirgood, Alan Rabinowitz. Cambridge University Press, 2005.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4712980/
https://seaworld.org/en/animal-info/animal-infobooks/tiger/longevity-and-causes-of-death
www.conservationindia.org/articles/human-tiger-conflict-cause-consequence-and-mitigation