Por un mundo en el que los tigres existan
Los tigres están desapareciendo del planeta. Todas las subespecies enfrentan un estado de amenaza, y algunas de ellas se encuentran al borde de la extinción. La urgencia de la toma de medidas para proteger a este icónico felino se hace cada vez mayor, ya que las amenazas no tienden a disminuir.
La naturaleza necesita a los tigres. Desde un punto de vista biológico, son superdepredadores que se encuentran en la cima de la cadena alimentaria y que al consumir herbívoros ungulados situados en los niveles inferiores, permiten el equilibrio de la naturaleza y su condición saludable. Imagínate: sin los tigres, la cantidad de ungulados crecería exageradamente y arrasarían con la cantidad de plantas que les sirven como alimento, poniendo en peligro la supervivencia de dichas plantas y de otros animales que se alimentan de ellas.
La alteración del balance del ecosistema sería desastrosa para los animales y los seres humanos, que también dependen de los seres vivos al ser especies heterótrofas. Más allá de este peligro, la desaparición de una especie inocente debido a las actividades del ser humano no podría ser más lamentable.
Protección para los tigres
La desafortunada situación de los tigres ha llamado la atención de algunos países, así como de activistas diversos y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
Una de las primeras designaciones legislativas donde se incluyó la protección de los tigres fue la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción de 1973 (Endangered Species Act of 1973), ley de protección medioambiental aprobada por Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos en esa época.
En ese mismo año la Primera Ministra de la India, Indira Gandhi, puso en marcha el Proyecto Tigre (Project Tiger) cuyos objetivos han sido garantizar una población factible de tigres de Bengala en la naturaleza, protegerlos de la extinción y establecer áreas como reservas para estos felinos. Unos años antes, en 1968, la exportación de pieles de tigres había sido prohibida. El Proyecto Tigre gozó de cierto éxito y hasta 1990 ya existían 17 reservas naturales para los tigres.
Uno de los pocos países que aún alberga tigres, China, comenzó a apoyar la conservación de estos animales durante la década de 1980. En 1988 el gobierno aprobó la Ley sobre la Protección de la Vida Silvestre (Law on the Protection of Wildlife), catalogando al tigre como una especie protegida. En 1993 China dio un paso más adelante, al prohibir el comercio de partes de tigre, una práctica muy extendida debido a que la piel, huesos, carne y otras partes son ingredientes comunes en la medicina tradicional china. A pesar de la prohibición la caza furtiva sigue surtiendo a los fabricantes de medicamentos.
Dos de las organizaciones más importantes en materia de conservación son la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN o IUCN, por sus siglas en inglés) y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés).
La UICN, por medio de su Lista Roja, clasifica a las especies de acuerdo con su estado de conservación previas investigaciones; esto permite visualizar la situación de los tigres y adoptar medidas para su protección y conservación. La CITES, por su parte, también separa a las especies según su estado y regula el comercio de especies, incluidos los tigres. Absolutamente todos los tigres se encuentran contenidos en el Apéndice I de especies en peligro de extinción.
El Proyecto Tigre inspiró a otros países para crear sus propios proyectos de conservación. Ocurrió en Nepal, Tailandia e Indonesia; en este último país se dio inicio en 1995 a la Estrategia de Conservación del Tigre de Sumatra (Indonesian Sumatran Tiger Conservation Strategy), cuya intención desde un principio fue garantizar la viabilidad de la supervivencia de una subespecie (Panthera tigris sumatrae) que en la actualidad se encuentra En Peligro Crítico de Extinción.
Como ves, existen numerosos esfuerzos de conservación que han puesto manos a la obra para salvar al tigre. Se han enfrentado muchísimos obstáculos, pero lo importante es que siguen apoyando la vida. En 2010, en pleno Año del Tigre según el calendario lunar asiático, se celebró en Rusia la Cumbre del Tigre, donde los 13 países que alojan la especie se comprometieron a duplicar la población global hasta el año 2022. Es un reto sumamente difícil, pero bien dicen que la unión hace la fuerza.
Fuentes
Tiger Tales: Tracking the Big Cat Across Asia. Ke. Ullāsa Kāranta. Penguin Books India, 2006.
Tigers of the World: The Science, Politics and Conservation of Panthera tigris. Ronald Tilson, Philip J. Nyhus. Academic Press, 2009.
Endangered Species: A Documentary and Reference Guide: A Documentary and Reference Guide. Edward P. Weber. ABC-CLIO, 2016.